Crónica Viaje a Huesca


Crónica Viaje a Huesca

Cuando el Huesca ascendió a primera rápidamente pensamos en que este sería un viaje de aquellos molones y que dejan huella - y la verdad que no defraudó-. Tratando el tema con el personal hacíamos una comparativa con el Numancia, equipo pequeño en una pequeña ciudad y gente encantadora -sin olvidar su gastronomía -. Lo negativo del viaje fue la escasa cantidad de entradas de las que dispusimos (50) para una demanda bastante superior (150). En resumen, de ir un bus a poder haber ido 3 buses sin problemas y multiplicar la fiesta, pero no son decisiones que pasan por nuestras manos, así que una vez más, nos disculpamos por no poder haber puesto más plazas a disposición de nuestros socios y simpatizantes.

El equipo va bien, el horario y cercanía de la ciudad, así como la novedad -entre otros factores- hizo que la demanda de entradas por parte de la afición perica fuera muy superior al aforo visitante (340 aproximadamente).

Ya citados en el lugar habitual y con la puntualidad británica que nos caracteriza como no podía ser de otra manera -hubo algún despistado que se durmió aunque por los pelos no se queda en tierra- procedemos a subir al bus ataviados con nuestras banderas y estandartes.


Iniciamos el viaje y como suele pasar en los buses -siempre falla algo-, esta vez no leía los dvd y fallaba el volumen. Gracias a las nuevas tecnologías pudimos salir del paso con un pendrive con un popurrí guapo que contenía desde los chichos a techno pop de los 80 -¿os suenan los Max Mix?-, aquella música que nunca pasa de moda por más años que pasen.

Entre birras, algún cubata, cachondeo y descontrol la frasecita más habitual venía siendo… “¿Cuando vamos a parar?“ y es que tuvimos que hacer dos paradas de emergencia por el poco aguante del personal -los ganaderos de la zona nos lo agradecerán seguro-.


Entre una cosa y otra llegamos a Huesca, ciudad pequeña y bastante desconocida para muchos. No podemos decir que sea una maravilla pero tampoco, ni mucho menos, podemos compararla con Villarreal (todos sabemos su rima).

Nada más llegar y cumpliendo protocolos nos recibe la CNP explicando sus intenciones mientras nosotros le explicamos las nuestras. Todo en orden y partimos hacia el lugar de quedada… un restaurante típico de lo más acogedor. Allí nos ubicamos en su gran terraza reservada para nosotros -al completo-. Decoramos el lugar con banderas, pancartas y alguna que otra bufanda para darle “caliu” al asunto. El dueño del lugar -por cierto muy amable- nos trajo la carta de todo lo que tenía, pero como le comentamos nada más entrar lo que no podía faltar era la cerveza, así empezaron a caer las jarras de birra y sangría. Más adelante, los platos de comida, bocadillos, pizzas, tapas, etc… empezaron a desfilar por todas las mesas. Muy bueno el ternasco de Aragón, todo hay que decirlo.


Tras finalizar la comilona, llega el momento de los cócteles, cubatas, chupitos y demás. En alguna mesa de los más jóvenes les llevaron una tabla de 16 chupitos donde en un visto y no visto volaron -menuda juventud-. Mientras tanto iban sonando truenos y no precisamente del tiempo, sino del comando pyro que no hacen más que espantar a la parroquia local que no deben estar muy acostumbrados a estas cosas.


Ya acercándose la hora del partido nos juntamos para hacer la foto de rigor con una buena petada de bengalas, petardos, botes de humo y demás artilugios -el dueño del bar y sus empleados se sorprendieron de toda la situación-. Una vez hecha la foto nos dirigimos al bus -alguno que otro casi se queda en tierra por pedir la ultima cerveza-.


Ya en las inmediaciones del estadio, bajamos del bus y cogimos todas las banderas y estandartes, para que el Alcoraz fuera lo máximo blanquiazul posible. Ya en la cola -parecía la cola del super- comenzamos a entrar en estricto orden y con ello los registros. Nos indicaron nuestro lugar dentro de la grada y acto seguido empezamos a decorarla mientras nos ubicabamos. Los minutos pasaban y los cánticos amenizaban el tiempo, alguno que otro estaba por la grada durmiendo la mona.

El partido comenzó al ritmo del himno antiguo, y al equipo ya se le veía un carácter valiente en los primeros minutos. Atacabamos bien, jugadas que agitaban a los presentes. La animación, que coordinamos muy bien con el resto de peñas, hacía que pareciera que jugábamos en casa. Un partido muy bonito, hasta que en el minuto 41 Borja Iglesias abrió la lata - menuda avalancha celebrando, algunos CNP quedaron totalmente arrollados-. Más tarde dijeron de multar a medio Grupo -no se lo creen ni ellos-. Llegamos al descanso, donde las cervezas -sin alcohol- nos refrescaban aunque alguno ya iba agusto de lo bebido en el viaje. 


La segunda parte dio comienzo y el Huesca parecía con ganas de remontar, pero lejos de ello, en el minuto 61 y tras una asistencia de Hernán Pérez, Borja Iglesias anotó el segundo gol. La CNP estaba sufriendo ya que se venía otra avalancha más... Los minutos iban pasando y los cánticos aumentando -incluso por el buen trato recibido cantamos “Huesca es de primera y “Huesca Huesca”-. Menudo chasco el VAR, tres horas para determinar una jugada, (en el BAR iban más rápidos) así repercutió que añadieron 10 minutos al final del partido. 


Una vez finalizado el choque, recogimos todas las banderas y nos hicimos la foto de familia en el Alcoraz. Otro estadio más para la historia del Grupo, que sigue recorriendo los rincones de nuestra geografía. Salimos de la ciudad al ritmo de música disco de los 80, y la fiesta se hacía patente -alguno que otro bailaba como si le fuese la vida en ello-. Los kilómetros pasaban y la gente iba cayendo rendida tras una gran jornada. Breve parada, como no podría ser, para aquellos que no aguantan el orinarse -y los fumadores-. Menuda área de servicio perdida en medio del campo donde nada más llegar la responsable del Área cerró la persiana y nos dejó sin provisiones -¿terror tour?-


Sobre las 23:50h. llegamos al lugar de partida donde nos despedimos todos entre abrazos y cánticos con una gran experiencia vivida ese día. Ya estamos esperando el siguiente On Tour, pues es lo que más nos gusta y donde se hace familia.

Nos vemos en el próximo viaje, recordad RCDE Y PUNTO.

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