Crónica Viaje a Vitoria


CRÓNICA VIAJE A VITORIA

Muchos estábamos apurando las vacaciones y el calendario liguero nos sonrió, ya que el partido en Vitoria caía bien para viajar. Dos temporadas consecutivas visitando Mendizorroza, y resultados a parte, nos lo pasamos en grande así que teníamos que repetir una vez más. Así pues, contando con la gente que no se había ido de vacaciones y otros que volvían expresamente para formar la comitiva nos citamos a las 5:45h de la madrugada en nuestro lugar de encuentro para los viajes.

Como no podía ser, 10 minutos antes de salir un miembro del Grupo nos llamó informando que no se encontraba bien, tanta fiesta deja el cuerpo tocado, pero como familia que somos otro compañero del grupo fue a buscarlo a casa y acabó viniendo. Al subir al bus recibió un caluroso saludo por parte del los integrantes, así que arrancamos dirección Vitoria. La mañana transcurría tranquila, muchos seguían durmiendo, otros hablando del mundillo de las gradas y alguno animando - para no variar -, así hasta llegar a una parada mítica y obligatoria como es Alfajarín. Quién no conoce el famoso bocadillo de chistorra con pimientos o esa especie de chucho que rebosa crema y azúcar por doquier. El olor a café y los botellines de Ambar Especial conformaban un panorama pre-partido rodeados de decenas de banderines de innumerables equipos de fútbol. Buena parada donde todos nos acabamos de despertar.


El sol hace presencia, y ya a la altura de Logroño volvimos a parar en un área de servicio donde algunos de los miembros del grupo se hicieron amigos de gente del Imserso que paraba allí, incluso nuestro Andrey se hacía fotos con ellos cuál famoso de la tercera edad. Iniciamos los últimos kilómetros que faltaban para llegar a Vitoria, donde a unos 20 kilometros nos paraba la Ertzantza para darnos la “Bienvenida”. Una vez aclarado todo - típico proceso de presentación policial - sobre las 12:30h. nos llevaron a una zona de bares, donde habían 7 o 8 locales que ya conocíamos de los anteriores viajes nos ofrecían buenas tapas acompañado de Txakolí. Otros se decantaron por platos combinados tamaño XXXL a buen precio y buenísimos -algunos cuando les llegaba el plato creían que se habían equivocado de mesa -. Escalopas de ternera de un metro de largo, plato de bravas que parecía el Teide y vasos de cerveza de medio litro -para ellos eso era una caña, una jarra debería ser el barril-. Gran amabilidad del personal que nos invitó a unos cuantos chupitos, que culminamos con cubatas, cócteles y Txakolí -las mesas parecían contenedores de vidrio-.


Una vez disfrutada la previa, marchamos al Bus con cánticos y animación para calentar motores. Nos dirigimos hacia el estadio, pero se ve que la zona estaba complicada de acceder, debido al tráfico veraniego, y nos dejaron en un parking cerca de un Parque Acuático -muchos pensaron en pasar del partido y darse unos revolcones por los toboganes-. Y es que ese día Vitoria batió el récord de calor ¡34 grados! 


Caminando por un carril bici unos 15 minutos llegamos al Estadio al cántico de Alé Espanyol Alé. Tras un meticuloso registro, en el que entramos tambores, banderas, estandartes y material de animación -agradecemos al Alavés esa mentalidad futbolera donde los aficionados son los protagonistas y que esperamos que el RCDE tome nota-, entramos al sector visitante.


Una vez dentro, colocamos pancartas y nos ubicamos en nuestra zona. El partido comenzó y así nuestra incesante animación. Una situación en la que, por suerte, nos daba la sombra y eso ayudaba a la animación. Muy disputado, el choque avanzaba hasta que en el minuto 42 y después de una dilatada y larga revisión del VAR nos concedió un penalti a favor que Leo Baptistao se encargaría de meter.


Termina la primera parte y cogimos fuerza en el verdadero BAR, algún que otro decorador se encargó de poner bonito el WC ya que se veían bastante blancos. Volvimos a la grada y con ello volvió a rodar la pelota. A los pocos minutos de la segunda parte anotamos el segundo gol de Borja Iglesias, que l árbitro se encargó de anular tras una revisión del VAR. Tan solo unos minutos después nos metieron el primero, aún así apretabamos animando, pero contra todo pronóstico tan solo dos minutos después nos metieron el segundo gol - Mendizorroza estallaba y nuestros cánticos cada vez costaba más de oírse-. El partido proseguía, pero se intuía difícil remontar, el árbitro añadió 6 minutos y tuvimos un córner en el último minuto que acabó en falta en ataque. Así terminó el encuentro, con una remontada tras ir ganando 0-1 que significaba la primera derrota de la temporada. Recogimos las pancartas y demás, foto de familia y para casa -destacar que Andrey con su cámara de los años 60 inmortalizó todo el viaje, después imaginamos que las tendría que revelar-.


Nos tuvieron retenidos como 20 minutos, hasta que conseguimos salir y montar en el bus. La vuelta, lejos de hacerse pesada, iba a estar animada con el mítico cántico ¡NO DUERME NI DIOS! Alguno se dedicó a explicar su situación sentimental,risas y demás batallitas. Llegamos a Alfajarín de nuevo, donde la cerveza y los bocadillos fueron protagonistas.

Últimos kilómetros antes de llegar a Cornellà, ahora sí ya todos más calmados, y sumando otro viaje a las espaldas del Grupo, tercero consecutivo a Vitoria.

¡ALCOHOL Y RCDE!

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